Que bien se está de vacaciones, ¿Verdad? Pues el hecho de pensar en volver al trabajo es un bajón muy grande. De hecho, al reincorporarnos a nuestra vida habitual después de pasar unas geniales vacaciones, nos readaptamos al trabajo y a un estilo de vida más agitado, más dinámico, y con ello, sufrimos cambios tanto mentales, como emocionales y cognitivos.
El estrés postvacacional puede ser el desencadenante de numerosas enfermedades y dolencias neurológicas. Según la Sociedad Española de Neurología, SEN, aproximadamente el 35% de los trabajadores de entre 25 y 40 años sufren de este tipo de estrés.
La psicopatía se compone de dos tipos de rasgos: una que incluye el área emocional o interpersonal como el egocentrismo, la falta de empatía, la ausencia de remordimientos, y una segunda que remite a un estilo de vida antisocial como la impulsividad, estilo de vida inestable y conductas antinormativas entre otros. No siempre van unidas.
Existen personalidades psicopáticas que consiguen una suficiente integración social, sin delinquir, aunque en sus relaciones personales será posible identificar los rasgos que los definen. Y existen delincuentes que no cumplen los rasgos del primer factor. En lo que también existe acuerdo es en que, tomado aisladamente, la psicopatía es el principal factor de peligrosidad de un sujeto. La mayoría de los asesinos en serie son psicópatas, incluso integrados socialmente.
Según apuntan diversos científicos de la Universidad de Oxford, aprender tareas complejas así como los juegos de malabares, producen cambios importantes en la estructura cerebral. Hacer malabarismos produce, pues, el aumento de hasta el 5% en la materia blanca cerebral, es decir, produce el aumento de la parte del cerebro que contiene las fibras que transmiten impulsos eléctricos de una neurona a otra. Esto ha sido publicado en la revista Nature Neuroscience.
Según un estudio llevado a cabo por científicos franceses y publicado en la revista científica Neurology, las personas mayores de 65 años son más propensas a consumir frecuentemente aceite de oliva, y como consecuencia, tienen un menor riesgo de sufrir ataques cerebrales.
Estas conclusioes son extraídas de un estudio que duró 5 años, en el cualo se trataron a 7.625 personas mayores de 65 años, de las ciudades francesas de Burdeos, Dijony y Montpellier. En los historiales clínicos de estos pacientes, al principio del estudio, no figuraban infartos.
Los científicos del Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica (Inserm) de Francia, colocaron a los sujetos según su consumo de aceite de oliva en tres categorías: “no uso”, “uso moderado” y “uso intensivo”. En este último se incluye la utilización tanto del aceite de oliva para cocinar, como de aderezo en ensaladas o con pan.
En el transcurso de los cinco años de experimento se registraron 148 ataques cerebrales. Teniendo en cuenta criterios de peso, actividad física y régimen alimentario, entre otros factores de riesgo, los científicos comprobaron que aquellos sujetos que consumieron con asiduidad aceite de oliva tuvieron 41 por ciento menos de riesgo de infarto en relación con quienes no incluían este ingrediente en su dieta.
El infarto cerebral tiene lugar cuando una arteria en el cerebro, o bien que lleva sangre al cerebro, queda bloqueada por un coágulo o bien se rompe. Los infartos se hacen más comunes a medida que la gente envejece y el riesgo se duplica por cada década de vida después de los 55 años de edad, según la Asociación Cardíaca Estadounidense.
Seguramente habréis escuchado esa frase de “se me ha encendido la bombilla” momentos antes de resolver un problema. Pues bien, esa bombilla cerebral que se nos enciende, está localizada en la corteza cingulada anterior. Numerosos estudios llevados a cabo por diversos científicios, han demostrado que las neuronas de esta área se activan especialmente si estamos de buen humor. Debido a eso recomiendan jugar en el trabajo para estimular la creatividad.
Por otra parte, también es cierto que las mejores ideas se nos ocurren cuando estamos aparentemente distraídos, y es debido a que, en realidad, se trata de un estado muchísimo más activo de lo que podemos llegar a imaginar, mucho más incluso del que requiere un razonamiento complicado, tal y como dijo Kalina Christoff, de la Universidad British Columbia (Canadá). Esto ha sido publicado en un artículo por la revista PNAS.
Podemos decir, que combinando de distinta forma las piezas del puzzle de lo que nos preocupa, el cerebro hace conexiones e iguales patrones en la información que tiene, hasta que todo cristaliza en una idea que calificamos de “repentina”.
Al estudiar las ondas cerebrales, el investigador británico Joydeep Bhattachar, sin querer concluír eso, ha descubierto un patrón de actividad en la corteza frontal derecha que permite adivinar quién está a punto de tener una idea ocho segundos antes de que el propio sujeto experimente el conocido momento “¡Eureka!”. “Es asombroso: durante cierto tiempo el cerebro conoce la solución pero nosotros no”, reflexiona Bahattachar.
Una serie de neurocientíficos de la Universidad de Nueva York (EEUU) han identificado las diferentes partes del cerebro que empleamos para recordar la sucesión de eventos dentro de un episodio de nuestra vida, como por ejemplo fiestas o bodas. Dicho estudio ha sido publicado en el último número de la revista Science.
Una serie de investigadores de la Universidad de Reading (United Kindom) han desarrollado un proyecto para escanear los cerebros de una serie de personas muy influyentes con dotes para el liderazgo, con el fin de averiguar cómo toman sus decisiones empleando información que en ocasiones puede ser complicada e incluso conflictiva. El principal objetivo es determinar cómo funciona la mente de un buen líder.
El estudio analizará las áreas del cerebro asociadas con la toma de decisiones y la planificación estratégica usando tecnología de Imágenes por Resonancia Magnética (IRM). Los participantes serán directores ejecutivos de empresas, responsables de organizaciones de voluntariado y líderes militares. “La habilidad para tomar decisiones bajo presión, con información incompleta y cambiante es una característica de los buenos líderes”, explica Douglas Saddy, del Centro para Neurociencia y Neurodinámica Integradas de Reading. “Estamos interesados tanto en entender las situaciones en la que los líderes toman decisiones que benefician la sociedad, como en conocer en qué condiciones son más propensos a tomar decisiones parciales o incluso egoístas”, añade.
Siempre se ha debatido entre la polémica acerca de la relación entre el tamaño del cerebro y la inteligencia. Los científicos están de acuerdo en una cosa: Un cerebro grande no garantiza una gran inteligencia.
A nivel cerebral importa mucho ganar o perder, pues las señales generadas en el cerebro cuando alguien tiene éxito o fracasa no se procesan en una zona concreta de la corteza cerebral, como por ejemplo la zona que se encarga de procesar las recompensas.
El síndrome de Capgras o ilusión de Sosias es una forma de delirio de los más extravagantes que se conocen. En él, la persona está completamente convencida de que alguien, generalmente una persona muy conocida para ella, es en realidad un completo impostor que está tratando de asumir su identidad.
Esta enfermedad está relacionada con la pérdida del reconocimiento emocional de los rostros familiares. Su causa podría ser una desconexión entre el sistema de reconocimiento visual y la memoria afectiva.
La enfermedad de Jansky Bielchowsky es una enfermedad neurológica rara que pertenece al grupo de las ceroidolipofuscinosis.
Las ceroidolipofuscinosis neuronales constituyen un grupo de enfermedades raras neurológicas progresivas hereditarias, que se caracterizan por el acúmulo de lipofucsina, pigmento lipídico (sustancia grasa) autofluorescente, que se deposita en las neuronas del cerebro y en otros tejidos. El pigmento también se llama lipofuscina, por lo que a estas enfermedades modernamente se las llama también lipofuscinosis neuronales o lipofuscinosis neuronales del ceroide.
Un estudio descubrió que activa las regiones del cerebro relacionadas con la respuesta de lucha, huida, alerta y el instinto de supervivencia ante el peligro.
Los científicos han descubierto que el cerebro está estructurado para tener una fuerte reacción ante ese sonido, lo que nos hace prestar más atención y preparar el cuerpo para ayudar cada vez que lo oímos, aun cuando no seamos los padres del bebé.
La marihuana son los brotes y las hojas de la planta Cannabis sativa. Esta planta contiene más de 400 compuestos químicos, incluyendo el delta-9-tetrahidrocannabinol (THC), el principio psicoactivo de la planta. El THC es conocido por afectar a nuestra memoria a corto plazo. Además, la marihuana afecta a la coordinación motora, aumenta la frecuencia cardíaca, y eleva los niveles de ansiedad. Los estudios también muestran que la marihuana contiene productos químicos que causan el cáncer que normalmente se asocia a los cigarrillos.
La hidrocefalia es la acumulación de una cantidad excesiva de líquido cefalorraquídeo en el cerebro. Normalmente, este líquido protege y amortigua el cerebro. Sin embargo, cuando hay demasiado ejerce una presión nociva para el cerebro.
La incidencia de Hidrocefalia es de aproximadamente 1 de cada 1.000 personas y aunque ocurre con mayor frecuencia en los niños, también se puede presentar en adultos y ancianos.
Los órganos de los sentidos son la vía de entrada de toda la información que proviene del exterior y que le permite al cerebro desarrollar su inteligencia, sus emociones y sus sentimientos.
La meditación no solo puede tener propósitos religiosos sino estar también enfocada en el mantenimiento de la salud física o mental, e incluso puede tener propósitos de conexión cósmica para encontrar respuestas a preguntas universales que a lo largo de la Historia el ser humano ha tenido. Existe una amplia variedad de guías y enseñanzas para la meditación, que van desde las que se presentan en las religiones hasta las terapéuticas, pasando por las ideologías propias de ciertos individuos.
La causa son los priones, que son proteínas modificadas,infecciosas y malignas. La proteína prión se encuentra de forma natural en los mamíferos. La encefalopatía espongiforme aparece cuando la estructura normal de esta proteína prión se altera. La proteína prión alterada (PrPsc) actúa sobre las proteínas prión normales (PrP) y consigue que éstas cambien también su estructura. Poco a poco, aparecen malformaciones en las células del cerebro (neuronas). El prión alterado provoca "agujeros" en las neuronas. Visto al microscopio, el tejido cerebral adquiere la apariencia de una esponja. Y esta es la característica que da nombre a las encefalopatías espongiformes.
Son muy resistentes no pudiéndose eliminar, no hay tratamiento. Son resistentes a temperaturas superiores a 80ºC, a las radiaciones ultravioleta, al formaldehido (desinfectante), y no da lugar a ningún tipo de respuesta inmunitaria o inflamatoria y no se produce interferon (proteína producida por las células inmunitarias para defender al organismo de las infecciones).
Unos investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston han encontrado una asociación significativa entre la grasa abdominal y un menor volumen cerebral total. Los resultados de esta investigación podrían ayudar a incrementar de manera decisiva el conocimiento científico sobre los mecanismos subyacentes en la relación entre la obesidad y la demencia, ya sospechada desde hace algún tiempo, y podrían conducir a desarrollar estrategias eficaces de prevención.
La iniciación a la lectura se produce a temprana edad y normalmente se le atribuyen beneficios para el cerebro. Pero, ¿cuáles son estos beneficios en concreto?. Un equipo internacional de neurocientíficos se propuso responder a esta pregunta y descubrió que las personas que saben leer, independientemente de si son adultos o niños, muestran respuestas más intensas en distintas zonas del cerebro ante palabras escritas. En la revista Science se publicó recientemente un artículo sobre este trabajo.
La lectura es un acto sumamente beneficioso para nuestro cerebro, ya que aumenta la capacidad de concentración, promueve la empatía y representa un ejercicio útil para evitar la pérdida de las funciones cognitivas.
Todo lo que somos nuestras emociones, recuerdos, sueños y pensamientos es el producto de los impulsos eléctricos de nuestras neuronas. Si pudiéramos encenderlas y apagarlas a voluntad, alcanzaríamos un conocimiento más profundo de cómo el cerebro controla nuestro comportamiento. Esto es, exactamente, lo que está logrando Gero Miesenbock investigador de la Universidad de Oxford, mediante una técnica de la que es pionero: la optogenética.
El novedoso procedimiento que, en 2010, fue designado método del año en todos los campos de la ciencia y la ingeniería, por la revista de investigación interdisciplinaria Nature Methods, se llama optogenética. Utiliza la luz como agente inductor, sirviéndose de unas proteínas fotosensibles, llamadas opsinas, y genética, porque consiste en insertar unos determinados genes en las neuronas, para hacer que reaccionen a los estímulos lumínicos.
Desde que, en 2002, en sus experimentos con moscas del vinagre, Miesenböck observó que, un certero golpe de rayo láser sobre un grupo determinado de células neuronales, disparaba la respuesta de huida de los inocentes insectos, sin que tuvieran razón alguna para ello, el científico austriaco ha ido perfeccionando su técnica.
Siguiendo un esquema teórico de dos módulos cerebrales: uno actor, que decide el comportamiento, y otro crítico, que informa de los resultados, ha accedido a éste último y modificando las neuronas que lo conforman, para, a continuación, con un simple pulso de luz, alterar el paradigma de recompensa en el animal y modificar su comportamiento.
Lograr una respuesta tan rápida y selectiva es un objetivo largamente buscado por los biólogos celulares. Conseguirlo mediante un destello, hace de ésta técnica la forma más sencilla e inmediata de activación cerebral. La neurociencia pone así, al alcance de la mano, un interruptor cerebral tan simple como una llave de la luz o el botón de un mando a distancia.
Científicos de la Universidad de California, San Francisco, cuyo trabajo ha sido publicado en la revista Nature, han conseguido trasplantar neuronas embrionarias al cerebro de ratones recién nacidos, y estas han sobrevivido.
Las interneuronas GABA-secretoras (tipo determinado de neuronas), relacionadas con diferentes trastornos neurológicos, se pueden añadir en bastante cantidad al cerebro sobreviviendo sin alterar el funcionamiento de esta cerebro receptor.
Se esperaba que sobrevivieran muy pocas neuronas, teniendo en cuenta el espacio, las señales neuronales y el alimento disponible para estas células, pero siempre sobrevivía una porción constante de neuronas, para sorpresa de los científicos.
Cuando nació, el 11 de noviembre de 1951, los médicos de su natal Utah le dijeron a sus padres que sufría de un severo retraso mental, que probablemente nunca caminaría y que lo más recomendable era internarlo en un centro especializado, pero sus padres no aceptaron.
Tenía macrocefalia, es decir, un cráneo anormalmente grande y su cerebro carecía de cuerpo calloso, el tejido que une a ambos hemisferios cerebrales y que permite la conexión entre células. Se cree que al no contar con esta condición sus neuronas se las arreglaron para unirse y formar una sola masa capaz de memorizar el 98 por ciento de todo lo que leía y escuchaba.
Seguro que más de una persona alguna vez a lo largo de su vida se ha hecho esta pregunta: ¿Es posible vivir solamente con la mitad del cerebro? Pues la respuesta es sí. Y además, puede funcionar mejor que uno completo. La hemisferectomía es una operación que consiste precisamente en retirar a una persona la mitad de su sustancia gris cerebral.
En el mundo del deporte cualquier persona que utilice alguna sustancia que aumente su resistencia física y su capacidad de dar mas por fuera de su tradicional rendimiento físico, es penalizada en el caso de ser descubierta por utilizar lo que se conoce como “doping”. Pero también en el cerebro pueden darse casos de “doping cerebral”.
Daniel Paul Tammet nace el 31 de Enero de 1979, es un joven británico considerado un prodigio por su facilidad en el desarrollo de cálculos complejos matemáticos así como para el aprendizaje de diversas lenguas.
Nació en el seno de una familia de clase media de Londres, junto sus ocho hermanos. En sus memorias, Nacido en un día azul (Born on a Blue Day), habla de cómo la epilepsia, la sinestesia (la experiencia de combinar números con colores o sensaciones) y el síndrome de Asperger le acompañaron durante toda su infancia.
El traumatismo craneoencefálico (TCE) es la alteración en la función neurológica u otra evidencia de patología cerebral a causa de una fuerza traumática externa que ocasione un daño físico en el encéfalo.
Hacer ejercicio regularmente no sólo ayuda a mantener a raya la obesidad y el colesterol. Además fomenta el desarrollo de nuestro cerebro. Esto ha sido revelado en un nuevo estudio cordinado por Timothy Bussey, neurocientífico de la Universidad de Cambridge.
Los experimentos de Bussey, realizados con ratones, muestran que practicar footing y otros ejercicios aeróbicos potencia el crecimiento de nuevas células en el cerebro, un proceso conocido como neurogénesis. Este fenómeno se observa sobre todo en las zonas relacionadas con la memoria y el aprendizaje.
¿Pero por qué el ejercicio físico causa este efecto sobre el cerebro? Aunque la respuesta no está clara, Bussey sugiere que podría tener que ver con el aumento del flujo sanguíneo o de los niveles de ciertas hormonas mientras corremos. También podría guardar relación con el descenso de los niveles del cortisol, la hormona del estrés, durante el ejercicio.
Esta pregunta que se han hecho muchísimos investigadores por fin tiene una respuesta. Que nuestro cerebro sea capaz de evitar las distracciones es gracias a las ondas alfa del cerebro. Anteriormente estas ondas eran ignoradas por los investigadores hasta que, no hace mucho tiempo, llamaron la atención de los neurocientíficos por su especial papel a la hora de seleccionar que información debe, o mejor dicho, conviene ser ignorada.
Se trata, pues, de unas ondas que se ocupan de “callar” la actividad irrelevante del cerebro mientras producen pulsos de inhibición aproximadamente cada 100 milisegundos. Estas ondas aparecen cuando se ve que va a aparecer información que no nos interesa, es decir, distractora, momentos antes, y llega a su umbral máximo cuando aquello que podría distraer nuestra atención está presente, según han demostrado investigadores de la Universidad Nijmegen.
“Es como si nuestro cerebro cerrara la puerta intantes antes de que algo nos desconcentre” aclara el autor principal del estudio.
Este proceso se puede decir que es automático, que es totalmente inconsciente y que es mucho más intenso cuanto más “amenazadora” es la distracción, concluyen los investigadores.
Muchas mujeres se quejan de que sus parejas no les prestan atención cuando hablan. Los científicos parecen tener la respuesta a este enigma: la mujer tiene una entonación más larga y un tono más alto de voz, lo que cansa al hombre.
Un reciente estudio del Instituto de Neurociencia Clínica de la Universidad de Cambridge, publicado en la exitósima revista Molecular Psychiatry, afirma que el consumo crónico de la cocaína es un factor que acelera el envejecimiento del cerebro.
Concretamente, las imágenes de resonancia magnética muestran que la disminución o pérdida de la materia gris del cerebro es mucho mayor en personas dependientes de esta droga que en el resto de la población.
Cuando nos hacemos viejos, el cerebro disminuye su tamaño. Según los investigadores, y autores, de este estudio, en las personas sanas el volumen cerebral sufre una reducción de 1.69 mililitros al año. Por otra parte, en esas personas que han consumido cocaína siendo adultos, la cifra se duplica casi el doble, alcanzando los 3.08 mililitros anuales. Esta aceleración en la pérdida de volumen cerebral está ligada al envejecimiento, y ocurre sobre todo en la corteza prefrontal y en la corteza temporal, ambas zonas relacionadas con la atención, la toma de decisiones, el autocontrol y la memoria.
Según cálculos recientes de las Naciones Unidas, el número de consumidores de cocaína en el mundo asciende a 21 millones de personas, de las cuales al menos el 1% son drogodependientes.
“Las personas jóvenes –y los adultos- que consume cocaína deben ser informadas de los riesgos de envejecimiento prematuro a largo plazo”, concluye Karen Ersche, coautora del estudio.
El efecto placebo es conseguir que una sustancia simple, sin ningún efecto curativo, consiga tener tal efecto, o incluso un efecto más potente, que el que tendría cualquier medicamento.
Según una nueva evidencia descubierta gracias a un modelo informático, habría una explicación evolutiva para este efecto. Según esto, nuestro sistema inmune tiene un “interruptor de encendido y apagado” controlado por nuestra mente.
Esta evidencia se empezó a tener en cuenta al ver que había otros animales con los que también funcionaba el efecto placebo, como bien explica Peter Trimmer, biólogo de la Universidad de Bristol, en Reino Unido.
Los seres humanos al creer que lo que estamos tomando es realmente un medicamento, y no un simple placebo, llegamos a provocar una respuesta incluso el doble de potente.
El cerebro humano tiene la capacidad de adaptarse a lo inesperado. Esto es gracias a que cuenta con una red de neuronas capaces de hacer predicciones sobre el mundo que nos rodea y, a mayores, monitoriza cómo de acertadas resultan estas predicciones.
El núcleo de dicha red se localiza en lo que se denomina la corteza orbitofrontal. Esta es un área cerebral situada por encima de las órbitas de los ojos. Cuando ésta corteza está dañada en una persona, ésta suele confundir recuerdos con la realidad y a menudo anticipa acontecimientos, que es poco probable que ocurran.
La acupuntura (del lat. acus: aguja , y pungere: punción) nace en China hace mas de 3000 años, en algunos documentos se la sitúa entre los años 2696 a 2598 a. C Esta antigua ciencia que ha sido perfeccionada durante miles de años, forma parte de la medicina tradicional china y se basa en la inserción y la manipulación de finas agujasen puntos específicos (llamados en chino xue) del cuerpo, con el fin de mejorar el flujo y equilibrio de energía a lo largo de estos meridianos que atraviesan nuestro cuerpo. Mediante esta medicina curativa se pretende restaurar la salud y el bienestar del paciente.
Los cerebros de las personas que cometen suicidio son químicamente diferentes a aquellos que mueren por otras causas, según concluye un estudio canadiense. Investigaciores han analizado tejido cerebral de 20 fallecidos y, en aquellos que fueron víctimas de suicidio, encontraron un mayor nivel de un determinado proceso químico cerebral que repercute negativamente en la conducta de personas con depresión severa.
Una combinación de dos palabras de significado opuesto que al unirse originan un nuevo sentido: silencio atronador, muerto viviente, dulce amargura, noche blanca o monstruo hermoso, son ejemplos de oxímoron.
Un estudio español, que ha sido publicado en la revista NeuroImage, afirma que estas figuras literarias generan una intensa actividad en el área frontal izquierda del cerebro.
El Instituto de Neurociencia Cognitiva de Londres ha llevado a cabo un estudio en el cual se conclúe que el cerebro humano nunca deja de desarrollarse. Es más, después de la infancia y la pubertad se continúa desarrollando, del mismo modo que éste no llega a su estado de plena madurez hasta que superamos la edad de 30 años, en ocasiones, esta cifra se puede elevar hasta los 40 años. Estos nuevos descubrimientos ponen en contronversia una serie de hipótesis, teorías que anteriormente apuntaban hacia que la maduración del cerebro era mucho más temprana.
Podemos decir que los resultados de la investigación, dirigida por la neurocientífica Sarah-Jayne Blakemore, muestran que el córtex prefrontal es la zona del cerebro que experimienta un período más prolongado de tiempo para desarrollarse. En concreto, esta región cerebral es muy importante para funciones cognitivas a niveles superiores, como la planificación y la toma de decisiones. A mayores, tiene un papel clave en el comportamiento social, la empatía y la interacción con otros individuos, y en ella residen algunos rasgos de la personalidad.
Eduardo Punset Casals (Barcelona, 1936) es abogado, economista y comunicador científico. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Madrid y máster en Ciencias Económicas por la Universidad de Londres. Ha sido redactor económico de la BBC, director económico de la edición para América Latina del semanario The Economist y economista del Fondo Monetario Internacional en los Estados Unidos y en Haití.
Como especialista en temas de impacto de las nuevas tecnologías, ha sido asesor de COTEC, profesor consejero de Marketing Internacional en ESADE, presidente del Instituto Tecnológico Bull, profesor de Innovación y Tecnología del Instituto de Empresa (Madrid), presidente de Enher, subdirector general de Estudios Económicos y Financieros del Banco Hispanoamericano y Coordinador del Plan Estratégico para la Sociedad de la Información en Cataluña.
Ser diestro o zurdo no es fruto del azar o de los hábitos que establecemos desde pequeños, sino que es la consecuencia de un proceso de evolución del sistema nervioso, un proceso que se va produciendo cuando crecemos y que es necesario para elevar el grado de complejidad funcional del cerebro.
Un roce con la nariz en el cuello, una carantoña suave en la rodilla, un dedo que se desliza alrededor del lóbulo de la oreja... todas estas son caricias que podemos percibir como agradables y placenteras, muestras de amor o como un verdadero ataque, según de quien procedan.
El electroshock es una terapia que consiste en el pasaje de corriente eléctrica a través del cerebro, buscando una activación neuronal. Se emplea en el tratamiento de esquizofrenia y depresiones severas. Las complicaciones del electroshock incluyen pérdida de la memoria, desorientación temporal, daños cerebrales, etc. La electricidad despolariza las neuronas, generando una crisis epiléptica parcial, lo que hace que las neuronas liberen mediadores y factores tróficos, que originan la neurogénesis (creación de nuevas neuronas) en el hipocampo.
La investigación, publicada en la revista 'Science Translational Medicine', ha conseguido que la vacuna utilice el hígado como una fábrica para producir continuamente anticuerpos que engullen nicotina en el momento en que entra en el torrente sanguíneo, evitando que el producto químico llegue al cerebro e incluso el corazón.
El estado vegetativo es un paso más allá del estado de coma, podríamos hablar de un estado de coma crónico. Solo funcionan su corazón y su aparato respiratorio. Un paciente en estado de coma podría responder a estímulos sonoros, táctiles y dolorosos. En cambio cuando el paciente está en estado vegetativo, no muestra síntomas ni signos evidentes de conciencia ante estímulos externos.
El término proviene de la diosa del amor, Venus, una divinidad asociada a la fecundidad. Quizás, por eso, parece que afecta tanto a hombres como mujeres. Pero, ¿funcionan realmente?
En su afán por estimular el apetito sexual o intensificar su potencia, el hombre ha buscado todo tipo de brebajes, sustancias, plantas y comidas que actúen sobre el sistema nervioso, dando lugar en muchas ocasiones a mitos que no tienen más fundamento que la imaginación humana. La ciencia ha comprobado que cuando se experimenta atracción por otra persona, el organismo produce una sustancia llamada “feniletilamina”, que es la generadora del “amor” y que, a su vez, produce serotonina, (5-HT), que estimula los neurotransmisores. Los procesos desencadenados por la feniletilamina y la serotonina comienzan en el hipotálamo y de allí se trasladan a la corteza cerebral, en donde se guardan las experiencias pasadas.
El impacto de la música sobre el cerebro ha sido un tema candente en la ciencia en la última década. Ahora, los investigadores de Northwestern, por primera vez, han examinado directamente lo que ocurre cuando los niños dejan de tocar un instrumento musical -después unos pocos años de práctica- una experiencia común en la infancia. En comparación con personas sin formación musical, los adultos que recibieron entre uno y cinco años de formación musical de niños, realizan mejores respuestas cerebrales a los sonidos complejos.
Siameses son aquellos gemelos cuyos cuerpos siguen unidos después del nacimiento. Esto tiende a ocurrir en uno de cada 200.000 nacimientos, naciendo el 50% de los casos muertos y perteneciendo el 75% de los siameses al género femenino. El porcentaje de supervivencia de los gemelos oscila entre el 5% y el 25%.
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Tatiana y Krista Hogan siamesas que nacieron unidas justo en el cerebro,están interconectadas por un puente talámico que nunca se había visto o estudiado, estas dos jóvenes comparten no solo el cerebro, sino que sus mentes y sentidos.
Estas hermanas comparten sus pensamientos y sentidos, pero al mismo tiempo son dos personas diferentes, ambas jóvenes están siempre al tanto del campo visual de la otra, por lo que una hermana puede utilizar sus propias manos para agarrar objetos que están siendo vistos en ese momento por los ojos de su otra hermana. Incluso cuando eran bebés, ponerles un chupete en la boca a una hacía que la otra dejara de llorar.
Mediante Resonancia Magnética, se vio una línea conductora entre sus cerebros que conecta el tálamo cerebral, estructura neuronal que filtra la mayor parte de los impulsos que llegan al cerebro, exceptuando el olfato.
En un estudio todavía no publicado cuyo seguimiento ha estado a cargo por la periodista Susan Dominus, del New York Times, se expuso a una de las gemelas a un estímulo de luz estroboscópica, mientras la otra era vendada para no percibir la luz.
Ambos cerebros se activaron en la misma región del tálamo cerebral, que se encuentra en el centro del cerebro, más en la parte de estímulos visuales.
El cerebro de estas siamesas se ha adaptado para ver más allá de simple "visión estroboscópica", y que literalmente está utilizando información de los 4 ojos simultáneamente para procesar información.
Diferentes médicos se han visto asombrados por la estructura cerebral de las gemelas Hogan, especulando que tal vez no solo compartan estímulos sensoriales, sino también una forma de consciencia.
El cerebro necesita energía para funcionar, igual que los músculos. A todos nos ha ocurrido en alguna ocasión que después de clase o de muchas horas de trabajo delante del ordenador, uno se sorprende de lo hambriento que está, teniendo en cuenta que hemos estado sentados la mayor parte del día.