domingo, 11 de noviembre de 2012

ASÍ ACTUAN LA POESÍA Y LITERATURA EN EL CEREBRO.

Una combinación de dos palabras de significado opuesto que al unirse originan un nuevo sentido: silencio atronador, muerto viviente, dulce amargura, noche blanca o monstruo hermoso, son ejemplos de oxímoron.

Un estudio español, que ha sido publicado en la revista NeuroImage, afirma que estas figuras literarias generan una intensa actividad en el área frontal izquierda del cerebro.




Los autores del estudio, del Basque Center on Cognition, Brain and Language (BCBL) de San Sebastián, sugieren en sus discuros, los generales en sus arengas y los amantes de la poesía han empleado desde siempre diversas figuras retóricas para convencer, incuncar valores o seducir. Hasta ahora, no habían sido capaces de medir empíricamente la capacidad de una figura literaria para generar actividad cerebral en las personas.

“Nuestra investigación demuestra el éxito a nivel retórico de las figuras literarias, y la razón de su efectividad es que atraen la atención de quien las escucha” más que otros dichos, explica Nicola Molinaro, principal autor del estudio. En concreto, “se activa la parte frontal del cerebro y se emplean más recursos de lo habitual en procesar a nivel cerebral esa expresión”. El investigador señala que el resultado de estos análisis se relaciona “con la actividad que requiere procesar la abstracción de figuras retóricas como el oxímoron, que tratan de comunicar cosas que no existen”.


Para estes experimentos, Molinaro y sus ayudantes han creado varias listas de frases erróneas, es decir, incorrectas, así como frases neutras, con oxímoron y pleonasmos, son vocablos innecesarios que añaden expresividad, utilizando el mismo sustantivo como sujeto de la oración: la palaba “monstruo”. En concreto, los investigadores emplearon “monstruo geográfico” como oxímoron, y “monstruo horrible” como pleonasmo. Después de esto, se les enseñaron estas listas a personas de entre 18 y 25 años y se midió su actividad cerebral cuando las procesaban por medio del electroencefalograma. 

Los resultados de dichos experimentos señalan que “cuánto menos natural es la expresión, más recursos requiere para ser procesada en la parte frontal izquierda del cerebro”. La frase neutra “monstruo solitario” es la que menos recursos cerebrales necesita para ser procesada. Para seguir, en cuanto a la expresión incorrecta “monstruo geográfico”, 400 milisegundos después de percibirla, el cerebro reacciona al detectar que hay un error. Sin embargo, en el caso concreto de los oxímoron, como dijimos el ejemplo anterior “monstruo hermoso”, 500 milisegundos después de percibir la expresión se midió una intensa actividad cerebral en la parte frontal izquierda del cerebro. Esta es un área íntimamente relacionada con el lenguaje, que los seres humanos tienen muy bien desarrollada en comparación con otro tipo de especies.


Molinaro ya ha comenzado a repetir este experimento con la resonancia magnética, para obtener imágenes de la actividad cerebral cuando se procesan figuras retóricas. El siguiente objetivo es estudiar las conexiones entre dos áreas muy implicadas en el procesamiento del significado: el hipocampo y el área frontal izquierda.

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