sábado, 17 de noviembre de 2012

HACER MALABARES CAMBIA EL CEREBRO

Según apuntan diversos científicos de la Universidad de Oxford, aprender tareas complejas así como los juegos de malabares, producen cambios importantes en la estructura cerebral. Hacer malabarismos produce, pues, el aumento de hasta el 5% en la materia blanca cerebral, es decir, produce el aumento de la parte del cerebro que contiene las fibras que transmiten impulsos eléctricos de una neurona a otra. Esto ha sido publicado en la revista Nature Neuroscience. 


Otros estudios ya publicados habían demostrado que el aprendizaje y el ejercicio de nuevas habilidades que emplean la parte visual motora del cerebro, pueden orientar a cambios en la materia gris, en dónde tiene lugar el procesamiento. Lo que pasa es que hasta ahora no se sabía si estas prácticas también podrían tener un impacto en dicha materia blanca.

Pero en el nuevo trabajo, los científicos emplearon un método denominado imágenes de resonancia magnética de difusión (RMD), lo que puede medir el movimiento de las moléculas de agua en el tejido cerebral, para corroborar si los malabarismos podrían cambiar la materia blanca del cerebro en 24 sujetos sanos. La mitad de los participantes fueron entrenados durante seis semanas, practicando unos 30 minutos al día, y sometidos a escáneres cerebrales tanto antes como después del experimento. El resto siguió su vida normal.

Después del entrenamiento, los 12 malabaristas han sido capaces de realizar al menos dos ciclos continuos de la clásica cascada de tres pelotas. Y, lo que realmente nos interesa, es que en su cerebro se encontró un aumento de 5% en la materia blanca de una sección posterior del cerebro que contiene nervios que reaccionan cuando objetos están dentro de nuestra visión periférica.


"La estructura del cerebro puede cambiar. Demostramos que es posible que el cerebro acondicione su propio sistema de conexiones neuronales para operar de manera más eficiente" concluye la doctora Heidi Johansen-Berg, que dirigió el estudio desde el Departamento de Neurología Clínica de la Universidad de Oxford.

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