A nivel cerebral importa mucho ganar o perder, pues las señales generadas en el cerebro cuando alguien tiene éxito o fracasa no se procesan en una zona concreta de la corteza cerebral, como por ejemplo la zona que se encarga de procesar las recompensas.
Este estudio consistió en observar la respuesta del cerebro de los sujetos mientras llevaban a cabo juegos muy sencillos, como el de piedra, papel o tijera. Los sujetos sometidos a las pruebas, que tenían entre 19 y 37 años, permanecían una hora y media conectados a un escáner del cerebro de resonancia magnética funcional. Para recoger los datos de los experimentos, los investigadores emplearon un método denominado “análisis de patrones multivoxel”, que es muy parecido al que se emplea para enseñar a los robos a que reconozcan objetos.
Los descubrimientos pueden ser útiles “para el diagnóstico y tratamiento de diversos trastornos psiquiátricos, como el abuso de sustancias, o ser útiles en cuadros obsesivo-compulsivos que influyen en la capacidad de utilizar las recompensas para cambiar nuestros comportamientos de manera flexible”, explicó un investigador a la agencia INC Timothy Vickery.
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