Seguro que más de una persona alguna vez a lo largo de su vida se ha hecho esta pregunta: ¿Es posible vivir solamente con la mitad del cerebro? Pues la respuesta es sí. Y además, puede funcionar mejor que uno completo. La hemisferectomía es una operación que consiste precisamente en retirar a una persona la mitad de su sustancia gris cerebral.
Esta operación parece una cirugía un poco demasiado radical, pero en ocasiones es la única vía de solución posible para tratar epilepsias, patologías que no responden a fármacos, así como las causadas por el síndrome de Sturge-Weber. Esta es una enfermedad que afecta a la piel y al sistema nervioso.
La hemimegancefalia es el agrandamiento de un hemisferio cerebral, y por otra parte, el síndrome de Rasmussen, es una inflamación cerebral de causa desconocida. Y lo más sorprendente es que no tiene efectos aparentes sobre la personalidad o incluso sobre la memoria.
No obstante, hay secuelas: el paciente deja de ver por el lado de la intervención y pierde movilidad en la mitad opuesta.
Si se extrae el hemisferio izquierdo, los enfermos tienen problemas con el habla. Pero cuanto más joven sea el afectado, más posibilidades tendrá de rehabilitarse.
La primera vez que se practicó una hemisferectomía fue en un perro en 1888. Bastante más tarde, en 1933, el neurocirujano Walter Dandy se atrevió a dejar sin medio cerebro a un ser humano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario