La meditación no solo puede tener propósitos religiosos sino estar también enfocada en el mantenimiento de la salud física o mental, e incluso puede tener propósitos de conexión cósmica para encontrar respuestas a preguntas universales que a lo largo de la Historia el ser humano ha tenido. Existe una amplia variedad de guías y enseñanzas para la meditación, que van desde las que se presentan en las religiones hasta las terapéuticas, pasando por las ideologías propias de ciertos individuos.
Estudios científicos han demostrado que algunas técnicas de meditación pueden ayudar a mejorar la concentración, la memoria, mejora el sistema inmunitario y la salud en general.
La meditación se caracteriza normalmente por tener algunos de estos rasgos:
-Un estado de concentración sobre la realidad del momento presente
-Un estado experimentado cuando la mente se disuelve y es libre de sus propios pensamientos
-Una concentración en la cual la atención es liberada de su actividad común y es focalizada enDiospropio de las religiones teístas)
-Una focalización de la mente en un único objeto de percepción, como por ejemplo la respiración o la recitación de palabras constante
¿Qué podemos hacer para desarrollar el cerebro y hacerlo más grande? La respuesta es: Meditar. Éste es el descubrimiento de un grupo de investigadores en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) quienes utilizaron resonancia magnética por imágenes en alta resolución para escanear el cerebro de personas que practican la meditación desde hace años. En el estudio, se desvela que ciertas regiones del cerebro de tales personas son más grandes que en los sujetos de un grupo de control similares en todo, excepto en que no practican la meditación.
Específicamente, los meditadores mostraron volúmenes significativamente mayores en el hipocampo y en áreas dentro de la corteza órbito-frontal, el tálamo y el giro temporal inferior, regiones todas ellas conocidas como reguladoras de las emociones.
"Sabemos que las personas que meditan regularmente tienen una habilidad singular para cultivar las emociones positivas, mantener la estabilidad emocional y comportarse de manera cuidadosa", explica Eileen Luders, autora principal e investigadora del Laboratorio de Neuroimaginología de la UCLA. "Las diferencias observadas en la anatomía del cerebro podrían darnos una pista del por qué los meditadores tienen estas habilidades excepcionales".
La investigación ha confirmado los aspectos beneficiosos de la meditación. Además de poder concentrarse mejor y controlar con mayor eficacia sus emociones, muchas personas que meditan regularmente tienen niveles de estrés por debajo de lo normal y un sistema inmunitario reforzado. Pero es poco lo que se sabe acerca de la relación entre la meditación y la estructura del cerebro.
"Sabemos que las personas que meditan regularmente tienen una habilidad singular para cultivar las emociones positivas, mantener la estabilidad emocional y comportarse de manera cuidadosa", explica Eileen Luders, autora principal e investigadora del Laboratorio de Neuroimaginología de la UCLA. "Las diferencias observadas en la anatomía del cerebro podrían darnos una pista del por qué los meditadores tienen estas habilidades excepcionales".
La investigación ha confirmado los aspectos beneficiosos de la meditación. Además de poder concentrarse mejor y controlar con mayor eficacia sus emociones, muchas personas que meditan regularmente tienen niveles de estrés por debajo de lo normal y un sistema inmunitario reforzado. Pero es poco lo que se sabe acerca de la relación entre la meditación y la estructura del cerebro.
En el estudio, Luders y su equipo examinaron a 44 personas: 22 individuos del grupo de control y 22 que habían practicado varias formas de meditación. La cantidad de tiempo que habían practicado oscilaba entre 5 y 46 años, con un promedio de 24 años.
Más de la mitad de todos los meditadores dijeron que la concentración profunda era una parte esencial de la práctica y la mayoría meditaba entre 10 y 90 minutos cada día.
Los investigadores descubrieron al hacer las mediciones cerebrales, valores significativamente mayores en los meditadores, en comparación con los sujetos del grupo de control. Mayores volúmenes del hipocampo derecho y más materia gris en la corteza órbito-frontal derecha, el tálamo derecho y el lóbulo temporal inferior izquierdo. No hubo regiones donde los individuos del grupo de control tuvieran volúmenes significativamente mayores o más materia gris que los meditadores.
Debido a que estas áreas del cerebro están estrechamente ligadas a la emoción, esos rasgos físicos de su cerebro podrían ser los cimientos neuronales sobre los que se asienta la capacidad extraordinaria de los meditadores para regular sus emociones y reaccionar del mejor modo posible ante cualquier situación con la que se topen.
Más de la mitad de todos los meditadores dijeron que la concentración profunda era una parte esencial de la práctica y la mayoría meditaba entre 10 y 90 minutos cada día.
Los investigadores descubrieron al hacer las mediciones cerebrales, valores significativamente mayores en los meditadores, en comparación con los sujetos del grupo de control. Mayores volúmenes del hipocampo derecho y más materia gris en la corteza órbito-frontal derecha, el tálamo derecho y el lóbulo temporal inferior izquierdo. No hubo regiones donde los individuos del grupo de control tuvieran volúmenes significativamente mayores o más materia gris que los meditadores.
Debido a que estas áreas del cerebro están estrechamente ligadas a la emoción, esos rasgos físicos de su cerebro podrían ser los cimientos neuronales sobre los que se asienta la capacidad extraordinaria de los meditadores para regular sus emociones y reaccionar del mejor modo posible ante cualquier situación con la que se topen.
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