jueves, 1 de noviembre de 2012

EL MAL DE ALTURA

El mal de altura es la falta de adaptación del organismo a la hipoxia (falta de oxígeno) de la altitud. La gravedad del trastorno está en relación directa con la velocidad de ascenso y la altitud alcanzada.


La principal causa es la hipoxia (falta de oxígeno en el organismo). La presión atmosférica disminuye con la altura, lo que afecta a la biodisponibilidad del oxígeno, ya que, los alvéolos pulmonares no son capaces de transportar la misma cantidad de oxígeno a la sangre que ante una situación de mayor presión.

El mal de altura es una enfermedad afecta a aproximadamente la mitad de las personas que escalan desde el nivel del mar hasta 14.000 pies (4.200 m) de altura, sin programar suficientes períodos de descanso.

Se debe prestar mucha atención a los síntomas que se desarrollan a una gran altura, ya que algunos problemas de altura pueden convertirse en enfermedades fatales. 

Los alpinistas de montañas altas y las personas que esquían en lugares de gran altura como Colorado, corren el riesgo de desarrollar mal agudo de montaña. Los síntomas de ese mal mejoran si se desciende de altura rápidamente. En el caso de síntomas muy leves, un intervalo antes de seguir escalando puede ser suficiente para permitir que los síntomas desaparezcan.


Es más probable que este mal ocurra en aquellas personas con antecedentes de haberla padecido o si usted escala rápido, si se ejercita vigorosamente durante los primeros días de exposición a las alturas y si antes de escalar vivió en un lugar de baja altura. La obesidad parece aumentar el riesgo de desarrollar esta enfermedad. La genética también puede ser un factor de riesgo para algunas personas.

Los síntomas más frecuentes son: respiración rápida, falta de aliento al realizar ejercicios extenuantes, pausas breves ocasionales en la respiración mientras duerme y orina frecuente. La causa de los últimos dos síntomas es un nivel bajo de dióxido de carbono que causa ajustes en el cerebro y el riñón.

Los bajos niveles de oxígeno en la sangre y los ajustes realizados por el sistema circulatorio producen síntomas más serios.

Generalmente, el mal agudo de montaña produce síntomas al menos entre las 8 y 36 horas posteriores al ascenso.

Los síntomas de este mal incluyen:

- Dolor de cabeza que no se alivia con medicamentos
- Náuseas o vómitos
- Mareos o vértigo
- Debilidad o fatiga
- Dificultad para dormir
- Pérdida del apetito

La forma de presentación más grave y rápida es el EDEMA CEREBRAL DE ALTURA. Debido a su especial situación anatómica, el cerebro se encuentra protegido y a la vez rígidamente situado en el interior de la caja craneal. En este caso el edema cerebral agudo parece ser el resultado de la vasodilatacion local de los vasos sanguíneos cerebrales a causa de la hipoxia. La dilatación de las arteriolas aumenta la presión capilar, y a su vez produce fuga de líquido hacia los tejidos cerebrales. 

A continuación, el edema cerebral puede producir desorientación grave y otros efectos relacionados con la disfunción cerebral.Cualquier aumento del volumen del cerebro debido al edema, se ve conflictivamente limitado por la rigidez craneal, lo cual provoca síntomas neurológicos con mayor rapidez y gravedad.

También se pueden producir complicaciones como el edema pulmonar, la hemorragia retinaria de altura o la trombosis.

El Montañista afectado, rápidamente puede llegar al coma y necesitará una administración de oxígeno y el descenso a cotas inferiores y también deberá tomar medidas de tipo médico cuanto antes.


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