Las conductas verbales constituyen una de las formas más importantes de la conducta social humana. El lenguaje es una función cerebral altamente compleja que surge por la interacción entre el desarrollo biológico del cerebro y el medio social. El cerebro humano tiene la particularidad de estar dividido en dos hemisferios que funcionan de manera distinta en lo que se refiere al procesamiento del lenguaje, ya que se trata de una conducta lateralizada, es decir, se sitúa de manera dominante en un lado del cerebro, el izquierdo, pero el hemisferio derecho también participa en el proceso.
La ciencia que estudia las estructuras del cerebro que permiten procesar y comprender una lengua se llama Neurolingüística. Gracias a ella se han podido diferenciar, mediante diferentes técnicas, cuáles son los procesos cerebrales implicados en el habla que sugieren una base fisiológica cerebral que ha propiciado la especialización del hemisferio izquierdo del cerebro en la decodificación y la producción de la palabra. La corteza auditiva del lóbulo temporal izquierdo criba la información auditiva más rápidamente que la corteza auditiva del lado derecho, por lo que resulta más sensible a las variaciones rápidas de la palabra, permitiéndole distinguir los diferentes sonidos del lenguaje. La corteza derecha es menos sensible a estos sonidos, pero más sensible a la prosodia, es decir, a las regularidades acústicas de la voz y a las variaciones lentas de la palabra, importantes para reconocer al interlocutor y la entonación de las diferentes conversaciones. Para hablar, es necesario tener algo que decir y aunque el hemisferio izquierdo produce el habla, es el hemisferio derecho el que parece organizar tanto la narración y la selección de lo que hablamos, como el ritmo y el énfasis en cada palabra.
Pese a esta implicación de ambos hemisferios en el lenguaje, en la historia de la investigación en Neurolingüística, se han establecido dos áreas esenciales en el procesamiento del habla, ambas en el hemisferio izquierdo:
Área de broca: Es la sección del cerebro situada en la parte inferior del lóbulo frontal izquierdo y está involucrada en la producción del habla, el procesamiento del lenguaje y la comprensión.
Área de Wernicke: Es la sección del cerebro situada en la región posterior del lóbulo temporal izquierdo y está asociada a la comprensión del lenguaje, encargándose de la descodificación de la información auditiva del lenguaje.
Un trauma o lesión cerebral en alguna de las zonas implicadas en el habla tras la adquisición del lenguaje, produce trastornos tanto en la producción del lenguaje como en su comprensión. Estos trastornos reciben el nombre de afasias y las más comunes son:
Afasia global : Es la afasia más grave. Ocurre cuando la lesión o daño producido al cerebro es muy extenso y hay una destrucción masiva de las zonas del lenguaje. Esta afasia impide tanto la producción del lenguaje como su comprensión, que se limita a órdenes muy simples, de duración muy corta y fácilmente previsibles en un momento y contexto determinado.
Afasia de Broca: Se produce por una lesión en el área de Broca y se caracteriza por alterar la capacidad de hablar, produciendo un habla lenta, laboriosa y poco fluida, aunque con significado. Produce también deformaciones en sonidos, inhabilidad para repetir secuencias comunes como los números o los días de la semana, dificultad para encontrar la palabra apropiada, errores sintácticos y dificultad en el uso de palabras funcionales como las preposiciones o los artículos. Con una lesión en esta zona, la producción del lenguaje es inferior a su compresión, aunque ésta también se ve alterada cuando las frases son complejas.
Afasia de Wernicke: Se produce por una lesión en el área de Wernicke y se caracteriza por una fluidez normal en el habla pero con alteraciones del contenido semántico. Aparecen dificultades a la hora de nombrar las cosas, con repetición y sustitución de palabras por otras similares fonéticamente, aunque con diferente significado. La persona afectada inventa palabras o frases y reitera la información, aunque no reconoce que está cometiendo errores. Produce también dificultad en la comprensión.
Afasia anómica: Conserva la comprensión del lenguaje oral y se caracteriza por la inhabilidad de encontrar palabras para identificar o designar cosas o para expresar ideas y conceptos de manera fluida.
Es posible que alguna vez se produzcan daños, no en un área en sí, sino en la conexión entre las áreas de Wernicke y Broca, lo que provoca la denominada afasia de conducción. Esta afasia se caracteriza por una comprensión y producción bastante buena del lenguaje, pero con la imposibilidad de repetir algo tras escucharlo.
Por tanto, concluimos que en el cerebro, el procesamiento del lenguaje se produce en áreas interrelacionadas que trabajan de forma coordinada para la emisión, la comprensión y la integración de mensajes lingüísticos y que es necesario el correcto funcionamiento de las complejas estructuras que lo regulan, así como de sus conexiones, para poder llevar a cabo el comportamiento que más nos diferencia de los animales, el lenguaje verbal.
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